Todo empezó con un «muy sospechoso» viaje a Lisboa, una tarde en la que un «extraño» bulto en la chaqueta ya hacía prever que la cena de después iba a ser un tanto especial. Y sí que lo fue… todo estaba preparado para que el SÍ fuera la única respuesta posible y así que ocurrió.
Algo más tarde, también nosotros pudimos comprobar que no había otra respuesta posible a la pregunta que él tan bien preparó. Y es que esta pareja emana amor por los cuatro costados.
Cuando nos propusieron hacer el reportaje de preboda en Donosti no lo dudamos ni un momento y allí pasamos el día entero recorriendo y recordando esta ciudad tan especial para nosotros.